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martes, 20 de septiembre de 2011

Comienzos

Empiezo el nuevo curso. Ha sido un año intensísimo. Un curso, también, que ha dado para todo. Y me siento con fuerzas para empezar, pero quizás un poco abrumado por la tarea. ¡Hay tanto por hacer!
Reconozco la mirada cariñosa de Dios sobre las cosas apenas reparo en cómo ha ido deslizándose mi tiempo, y también hacia dónde gira y se dirigen mis pasos. La verdad es que me siento un coprotagonista que necesita que le vayan soplando, a veces, su papel. Otras, en cambio, veo con precisión el arco que dibujan mis pasos, los rodeos que ejecuto, las pérdidas de orientación. y, algunas, el acierto con que miré, o la certidumbre con la que construí.
Una historia que se vuelve apasionante porque merece ponerse en camino, porque se puede fabricar el futuro, porque no cabe la menor duda sobre la capacidad que tenemos para transformar el mañana.