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viernes, 29 de junio de 2007

25 aniversario del "Lucus Solis"

Este próximo fin de semana celebra el 25 aniversario de su creación el Grupo Lucus Solis, de Sanlucar la Mayor (Sevilla).
Me han invitado, porque tuve la enorme suerte de estar en los comienzos del Grupo Scout.
Para ser sinceros, he de decir que he fundado 3 Grupos Scouts, en la desaparecida Asociación de Scouts Baden Powell, que termino siendo absorvida por Scouts de España. Y de todos ellos guardo un enorme y grato recuerdo:
  1. El Grupo Scout Baden Powell, de los Salesianos de la Trinidad (Sevilla)
  2. El Lucus Solis, de Sanlucar la Mayor
  3. El Nanuara, de Pinomontano, en Sevilla.

Creo, sinceramente, que el Escultsimo supone una propuesta formativa, en el tiempo libre, importante. La gran intuición de Baden Powell fue la de generar un ambiente de crecimiento personal y grupal a través del esfuerzo y el descubrimiento de las capacidades personales. Y proponer, a la vez, valores que supongan un desarrollo de la persona en un determinado sentido. A nadie se le oculta la opción claramente cristiana de Baden Powell. Bien es verdad que los "nuevos pedagogos" quieren obviar esa faceta, pero nada hay que temer, desaparecerán como lo han hecho otras corrientes dentro del Escultismo, la de aquellas que se dejaron llevar por las modas políticas.

Desde esta página quiero felicitar a todso los que os dedicais a esta hermosa labor, especialmente a los que celebran su 25 aniversario. Felicidades y, Buena Ruta, Buena caza.

En los 25 años del Grupo Lucus Solis

Querido Grupo Scout Lucus Solis:

Al ponerme frente al papel a escribiros unas cosillas, me vienen a la memoria infinidad de momentos buenos y, sobre todo, de personas buenas, a las que he tenido el gusto de conocer y disfrutar en ese Grupo Scout.
Recuerdo los difíciles comienzos, con un pequeño grupo de chavales. Abrirse paso en las distintas instituciones, y en el pueblo, fue algo complicado. Pero muy pronto empezó a engordar el número de personas que se inscribieron. Y, sobre todo, a juntarse gente que quería hacer algo por los niños y niñas de su pueblo. Aparecieron Antonio e Isabel, personas generosas de las que he aprendido muchísismo, y por las que le doy gracias a Dios. Soy consciente de que no soy el único que ha recibido su testimonio, su donación, su constancia. Quiero deciros que, de nos ser por ellos, probablemente el Grupo Scout Lucus Solis no estaría ahora donde está. Personas de su talla hacen grande la humanidad.
Recuerdo también a todos sus hijos y, junto a ellos, al grupo de amigos que se unieron. Fueron momentos ilusionantes. Tengo grabadas en la memoria sus caras, las de entonces, y muchas anécdotas.
Sé que estos 25 años han sido de una enorme fecundidad entre vosotros. Lo que aporta el Escultismo a la educación de los chicos y las chicas hoy es imprescindible: líderes y personas autosuficientes, con capacidad para responder con originalidad; personas altruistas que son capaces de darse a los demás; diversión y aprendizaje unidos en un proceso de encuentro con la naturaleza; trabajo en equipo; apertura a Dios; etc.
Por eso, lo formadores y formadoras que hacéis posible hoy que el Escultismo continúe, sois, en parte héroes. Porque hacéis desaparecer la palabra imposible y apostáis por dejar el mundo mucho mejor.
Y los que formáis parte del Grupo sois herederos y continuadores. Espectadores y protagonistas. Habéis recibido un legado, pero sois responsables de que llegue a otros muchos que, como vosotros, podrán crecer como personas y ser mucho mejores. Nada de lo que aprendáis ahora se os olvidará, porque formará parte de la experiencia, y os servirá para hacerle a la vida.
Agradezco a Dios que exista aún el Grupo, y que pueda ser una fuente de bendición para muchas personas.
Deseo, para todos, que los 25 años que celebráis, supongan un impulso para hacer frente a los retos, que seguro que se os presentan.
¡Siempre alerta para servir!
Vuestro:
Pedro Barranco, Ojo de Lince

viernes, 22 de junio de 2007

fin de curso


Ya se nos acaba el Curso escolar, por lo menos el estar en las aulas.
Lo auténticamente significativo de nuestra profesión sucede allí.
No hay sólo y exclusivamente una transmisión de saberes, aséptica y fría. Nunca ha sido así. Los Profesores, y los maestros, nos han transmitido siempre mucho más. Había, hay, vida detrás de cada ser humano que se pone al frente de niños y jóvenes para transmitir. Y el poder del enseñante es ese: transmitir.
Nuestra profesión es apasionante. No trabajamos con máquinas o papeles, con ordenadores o tornillos, con números o kilos. Son personas que se asoman a la vida con la pasión de estrenar y soñar. Por eso nuestra profesión es agotadora. Intelectualmente, claro. Los sujetos que se sientan en el aula tienen, cada año, la misma edad, tú no. El enseñante envejece y, sin embargo, debe permanecer con la misma ilusión y creer que lo que hace sirve para algo. En nuestra sociedad el papel del Profesor es fundamental: ejerce de formador de las inteligencias y las conciencias. Es delicado y, por tanto, se necesita una vocación, una llamada.
Desde mi punto de vista, hacen falta en la Escuela Pública, cristianos que den razón de su esperanza, que se manifiesten con libertad y sean capaces de transmitir, más allá de los conocimientos, el estilo de vida de Jesús de Nazaret.
Bueno, hacen falta en todos los lugares. Digo, desde hace tiempo, que hay que tomar hasta las paradas de autobús. Estar presentes en lo cotidiano de nuestra existencia sin perder nuestra identidad, es más, proclamándola sin ambages.

martes, 19 de junio de 2007

objeción de conciencia

Cuando el Gobierno del PSOE publicó la Ley de Objeción de Conciencia al Servicio Militar Obligatorio, los objetores nos felicitamos. Muchos habían padecido la cárcel por la temeridad de anteponer la conciencia al cumplimiento de la Ley. Muchos se vieron castigados a realizar más tiempo de Servicio Social Sustitutorio, que los que hacía la "Mili". No estaba bien visto que los dictados de un orden moral autónomo se antepusieran a la Legislación. La Objeción de conciencia es un derecho del ciudadano frente a la posibilidad de actuar en contra de los valores personales, siempre y cuando éstos no dañen los comunes, o que de su objeción no se deriven, de forma directa, perjuicios o males mayores.
Ahora nos volvemos a enfrentar a los poderes públicos, ante la posibilidad de que nos obliguen a admitir que el Estado pueda elevar un determinado tipo de constructo moral para nuestros hijos, a obligatorio. El Estado, y por ende, el Sistema Educativo, es subsidiario en cuanto a la educación, de los padres. No se nos puede sustituir, ni eliminar, ni hacer nada sin una consulta previa y expresa. Nadie sustituye el poder, el derecho y la obligación que tenemos los padres de educar a nuestros hijos. Nos amparan todas las Leyes, Decretos, Declaraciones...
Pero va a ser una dura batalla, como la otra, como todas aquellas en las que los ciudadanos han tenido que forzar a los Poderes Públicos a que respetaran su identidad, su originalidad y, por fin, su autonomía y libertad. Sobre todo porque son nuestros hijos los que van a estar en medio de la refriega.
Llamo a la movilización ciudadana para que no nos hagan arrodillarnos, ni disculparnos, por aquello en lo que creemos. Que cada cual vea cómo. Pero no debemos quedarnos parados.

viernes, 15 de junio de 2007

Elementos esenciales de la Comunidad Tierra Esperanza



Tierra Esperanza quiere ser la evidencia de que el Reinado de Dios es posible en medio de los hombres,comunión que hace familia, lugar de acogida y escucha que rehaga la humanidad rota, denuncia desde la propia vida de la injusta repartición de bienes, voceros de la Palabra allí donde no es escuchada, acción de gracias constante y diálogo incesante con el Padre, libertad responsable y común, iglesia con intención de reconstruir espacios nuevos y de recrear aquella intuición de las primeras comunidades, afectos compartidos creando fraternidad evangélica, luz evangélica que vaya creando la Iglesia Una, propuesta no violenta de vida.

Dios es Comunidad.
Conocemos su esencia porque es comunicación: vida de comunión que provoca vida. La realidad comunitaria de la Iglesia se apoya en este pilar básico. La llamada de todo cristiano a ser de Dios le lleva a ser parte de un proyecto expansivo en el que yo soy a medida que entro en comunión. La Comunidad no es una llamada a un carisma particular, sino a realizar en este aquí y este ahora la profundidad de un Dios que se ha dado al hombre para que la humanidad sea una con El. De ahí mana esa voluntad de Jesús para que le sigamos y formar con El esa unidad esencial a la que todos estamos llamados. El seguimiento de Jesús lo hacemos en esta vida común como signo inequívoco que pretende adelantar y dar vida al Reinado de Dios. Nos inquieta su venida aunque sabemos que ha comenzado con la llegada del Mesías. La nueva vida que trae nos invita y nos ayuda a abandonar todo aquello que pueda atarnos para impedir este seguimiento, esta construcción del Reino. Habiendo encontrado la perla preciosa del evangelio nuestra existencia tiene otra orientación y otra luz. La llamada a todo hombre es para hacerlos Nuevo Pueblo; también es llamada personal para ponernos al servicio de los otros. Pero no podemos hacer violencia y fuerza en solitario porque Jesús nos habla explícitamente de ser Uno. El mismo escoge un grupo, Primera Comunidad, para ser signo en medio de las gentes. Por todo esto queremos hacer realidad la fraternidad que Jesús crea para formar la familia que tiene por vínculo el Proyecto de vida de la instauración de la Ciudad Nueva donde se vivan valores distintos de los que propone la sociedad. Queremos ser signo de esta realidad en medio de un mundo dividido y de un Cuerpo de Cristo roto. La vida común quiere ser llamadaa la Unidad, y en este proyecto no estamos solos, sino que contamos con los hermanos.

Anuncio y denuncia:
El Espíritu de Pentecostés abre la posibilidad de vivir nuevas formas de felicidad. Por eso nuestra opción evangélica, que entendemos son para todos los hombres, pretende ser:
1. anuncio gozoso de que esta realidad es posible en nosotros, pobres hombres y mujeres de barro. Nuestra vida, siempre en constante conversión por la carga de imperfecciones que le aportamos, quiere ser un vivir el amor mutuo y los valores de Jesús. Y no quiere ser teoría, sino experiencia vivencial desde el gozo y la alegría en medio de las dificultades, en constante austeridad y pobreza en los medios y las formas, abiertos a la gratuidad, orantes y no-violentos,llenos de esperanza, iguales y asumiendo los propios carismas y diferencias.
2. denuncia efectiva, poniendo de manifiesto por medio del testimonio vital y de la palabra y el gesto explícitos, aquellos elementos que destruyen a la humanidad y lo alejan de su Creador. Al optar por la vida común nos injertamos en un proyecto original. En la Iglesia existe este impulso hoy y nosotros estamos siendo testigos privilegiados de este signo de los tiempos. Nos parece que el Espíritu suscita algo que es necesario renovar o vivificar: la vida en común de seglares que dan toda su vida por el Reino.

Tierra Esperanza es, pues, un modo de vida de fraternidad en Comunidad y de compromiso cristiano, consagrando la vida al servicio de la causa de Jesús por el hombre. Quiere ser Reino de Dios hecho familia. Vivir este camino nos ayuda a liberarnos porque corremos con otros a la misma meta y su aliento a nuestro lado nos socorre. También los hermanos nos ayudan, desde el discernimiento y la corrección fraterna, a despojarnos de las superficialidades denuestro Yo para afrontar con más capacidad el trabajo por el Reino. Por esto desde la libertad somos Uno, y por ser Uno somos más libres. Desde esta actitud personal que ve en el otro a alguien por el que Dios puede hablarme, entendemos esa presencia que ha de ser desde la cercanía y el cariño más respetuoso. En este sentido vemos como necesidad acuciante de promover hoy el modo de vida de fraternidades en Comunidad, consagrando la vida al servicio de la causa de Jesús por el hombre. También los es crear lugares donde los hombres puedan tener en su camino un encuentro fundamental con el Padre. Nos parece un regalo lo descubierto y, en cada soplo que entendamos del Espíritu, alentaremos la creación y crecimiento de comunidades de vida evangélica dentro de la Iglesia. No nos cerramos a la posibilidad de que la aportación, desde nuestra pobreza y limitación, de que existan otras comunidades vinculadas a Tierra Esperanza.

Reflexiones acerca de la Comunidad

Compartir cada uno de los acontecimientos que nos van sucediendo; poner codo con codo el resultado del trabajo, y el trabajo mismo; aceptar los problemas como propios, y las alegrías como parte de mi historia; ser capaces de organizar juntos, de rezar juntos, de soñar juntos; compartir el dinero y la pobreza; cuidar de cada uno como si fuera mi hermano, y dejar que me cuiden como un menesteroso; saber asumir los errores ajenos, escuchar y perdonar; participar de la mesa de la Palabra, de la Eucaristía y de la Comunión, con todos los que siguen a Jesús, en un proyecto concreto y definido; escrutar el plan de Dios en un carisma concreto; discernir cómo responder juntos a este aquí y este ahora en el Pal de Salvación de Dios...y un largo etcétera.
La Vida Común, hoy, entre los religiosos o entre los seglares, debe volverse significativa, para que todos puedan leer en ella el intento de seguir a un mismo Señor.
Nos encontramos en un tiempo de regalo, cualquiera lo es, en el que cada gesto va a ser leído e interpretado. Grave responsabilidad, sí. Pero también la oportunidad que se nos brinda de estar en una línea constante de crecimiento hacia la perfección, hacia la santidad, debe recibirse como el crisol del que se nos habla tantas veces. A los cristianos europeos tal vez no se nos pida la vida, pero habremos de ir dejándola, como un martitio continuado y extenuante, en todos los lugares a los que se nos envía a anunciar el Reinado de Dios.

miércoles, 13 de junio de 2007


Cumplo 46



Llego a la cita con algunos rotos, los propios de la vida, que duelen cuando el cambio del tiempo, como ahora. Por ellos se me ha ido quebrando un poco la espernaza. También con algún que otro descosido, estos los pongo yo. Fruto de tensar demasiado, se me fueron las junturas en esfuerzos que resultaron inútiles, que no hicieron más que embarrar.


Pero lo realmente cierto es que, aún no he estrenado algunas ilusiones, y mantengo intacta la fuerza y las ganas de disfrutar de los de los dones que he recibido. Para colmo, me encuentro rodeado de aquellos a los que quiero, que no son pocos, aunque bien cierto es que podrían ser más. No siento arruinada mi historia, y no queire decir que no me equivocara. Lo hice, y mucho. A veces con una ingenuidad propia de quien se estrena. Otras con la torpeza de no meditar demasiado. Las más, fruto de mi carga de pecado. Pero en ella se encendieron estrellas y luminarias. Sentí la voz de Quien sabía que me amaba, el calor de la compañía, el sabor del reto, el acierto de las intuiciones, la caricia de mis hijos, la comprensión de mi esposa, la cercanía de mis amigos. Sobre todo, el regalo de de saber que hay Quien ha pensado en mi para un encuentro.


Cumplo 46, sí. Con todo el ímpetu de lo que me queda por delante, con toda la sabiduría que he sabido acumular. No es mérito el haber llegado, quizás sí algo el cómo. Me han aupado, muchas veces, desde mis tristezas y errores, desde mis llagas. Alguna vez desde la vida puesta en riesgo. Y me asombra mirar atrás para saberme castillos de naipes, nudo de relaciones, y que soy porque los otros me han hecho que fuera. Llegar a los cuarenta y seis para saber que no me pertenezco es un logro, un éxito de cariños. Soy de los míos, de los que me miran con la esperanza de verme reír y compartir, de los que esperan mis llamadas, mis reclamos, mis caricias. De los que conocen mis enfados, mis horas bajas, mis caras largas y mis silencios.


Arribo a este puerto, un número, porque me hicieron con cariño, y me sostienen con cariño. Pero, y esto me da viento para soplar las velas, porque soy un proyecto compartido.


Gracias a todos los que hacéis posible que sea.

martes, 12 de junio de 2007

vida común

Me ha regalado la vida -y al decir vida digo evangelio, Iglesia y Jesús, mi Señor- la posibilidad de leer mi respuesta vital a Dios desde la vida común.
Cierto que hoy el Espíritu está mandando andanadas en esa dirección. Muchos son los Nuevos Movimientos y Nuevad Realidades Eclesiales que están suspirando por esa herida de vida. No es un argumento probatorio, desde luego, pero es una evidencia.
Toca proponer lo que falta, o lo que estaba aminorado.
Cierto, también, que hace falta sosiego, discernimiento y evangelio para acertar. Pero, por encima de todo, hoy tengo que decir que me siento enormemente dichoso al poder compartir con mis hermanos esta trayectoria. No sé dónde me llevará, pero ya es un don.

lunes, 11 de junio de 2007

Educar




No es nada fácil. Cada vez lo escucho más veces y en distintos sitios, con distintas personas, de distinto signo político. Todos: ateos, agnósticos y creyentes; de izquierda o derecha; encantados o desencantados; jóvenes o mayores...Todos dicen exactamente lo mismo: ¡Qué difícil está hoy educar a los chavales!
No creo que "cualquiera tiempo pasado fue mejor", que decía Manrique. Pero lo que es evidente es que nos encontramos con un paisaje que cambia más rápido que antes. Las personas iban andando a los sitios hace apenas 10 lustros. Hoy las distancias son mínimas, todo puede hacerse rápido. Lo mismo sucede en el paisaje de la educación.
La diferencia es que en esto debe existir el sosiego. Porque educar es, entre otras muchas cosas, sacar lo mejor de los otros, para ordenarlo, en este caso hacia su crecimiento personal.
En mi modesta opinión, hay muchos operarios descolocados: padres, profesores, educadores y sistema educativo.
Los padres no tienen claro qué valores transmitir; los profesores carecen de recursos en las clases; los educadores se dan cuenta de la cantidad de reclamos que tienen los muchachos; el sistema educativo está hecho unos zorros y es una ruina. Con estos mimbres resulta difícil, desde luego.
Creo que es importante recuperar el valor del esquema axiológico (de valores) en el que nos hemos movido hasta ahora. Me refiero a los valores: esfuerzo, respeto, escucha, generosidad, apertura a lo transcendente, memorización, integración, etc. No importa descubrir campos nuevos en los sistemas educativos, pero creo que los niños-adolescentes no son cobayas de laboratorio con los que experiementar. Menos aún especialistas en la educación que no experimentan con los suyos, sino con los de otros; menos aún cuando muchos de ellos no han pasado por la experiencia concreta, sino que lo saben de libros.

viernes, 8 de junio de 2007

Enfrentarse al miedo


La vida traspasa toda espectativa porque anda renqueando siempre entre este aquí y un incierto mañana.
Posamos miradas huidizas sobre el dolor esperando que no nos toque demasiado cerca, demasiado fuerte.
Hambreamos cariños de gentes que, imaginamos, son quienes deben responder; desesperamos de sus respuestas: ellos son ellos, no nuestras esperanzas.
No paramos en barras hasta que debemos enfrentarnos a la única pregunta que es cierta: ¿tiene todo esto un sentido?
Hay una dinámica en el hombre que lo llama a rendirse ante lo evidente de su finitud. Pero que reclama de sí un hambre que no escogió, un anhelo que lo yergue hasta el infinito.

Somos mucho más que una brizna de vacío, en nosotros está despierta el ansia de plenitud, sólo provocado por Quien es Plenitud, Presencia y Certeza.

miércoles, 6 de junio de 2007

LA ODISEA DE LOS CRISTIANOS EN IRAK

Basta de silencio
Por José Luis Restán
El pasado 6 de mayo, el Patriarca de los Caldeos Emmanuel III Delly, lanzó desde la iglesia de Mar Qardagh, en Irbil, una dramática petición de auxilio al Gobierno de Bagdad y a la comunidad internacional, para que frenen la terrible sangría que sufre la población cristiana de Irak, antaño una comunidad robusta y floreciente que gozaba de una cierta tolerancia, al menos en comparación con las situaciones de otros cristianos en países de mayoría musulmana.
El grito del Patriarca trata de romper la espesa cortina de silencio que rodea a esta "tragedia dentro de la tragedia" que sufren los cristianos de la antigua Mesopotamia. Para ello el jefe de la comunidad caldea, la más numerosa de las confesiones cristianas de Irak, eligió significativamente una ciudad del Kurdistán. No en vano esa región se ha convertido en una especie de "zona segura" para los cristianos, por lo que se han desplazado allí instituciones esenciales como el Seminario caldeo y el Colegio Babel, cuya existencia en Bagdad se había vuelto sencillamente insoportable.
"Los cristianos son asesinados y sacados de sus casas, ante la mirada de quienes son responsables de su seguridad", ha tronado el Patriarca Delly, prestando su voz al rosario de interminables denuncias que llegan desde todos los puntos del país. Como respuesta a esa petición y a las duras críticas formuladas, el gobierno iraquí prometió el pasado 24 de mayo que ofrecería protección a las familias cristianas amenazadas por los islamistas, pero nadie se hace ilusiones.
Evidentemente toda la población iraquí sufre la demencia del terrorismo en sus carnes, pero en el caso de las poblaciones cristianas se trata de una verdadera "caza del hombre" organizada contra ellas con vistas a su absorción o eliminación física. A los atentados contra las iglesias se suman los secuestros de sacerdotes (seis se encuentran actualmente en esa situación) y las extorsiones de todo tipo a las familias, a las que se exige entregar al menos una hija, para que sea desposada por un musulmán. También se prohíben (siempre con la amenaza latente de la violencia) la visibilidad de los signos cristianos: fuera las cruces de las cúpulas y fachadas de las iglesias, pero también fuera de los cuellos, so pena de sufrir las iras de estos guardianes de la pureza islámica.
Por si esto fuera poco, en el barrio de Dora, en Bagdad, donde los cristianos eran tradicionalmente mayoría, los grupos islamistas han impuesto de facto la jiza, un tributo que históricamente imponían los musulmanes a las minorías cristiana y hebrea como signo de sumisión. La tasa fijada se sitúa entre 150 y 200 dólares al año, cantidad que necesita mensualmente una familia para sobrevivir. Pero esta asfixiante situación no afecta sólo a la capital, de la que según fuentes de Asia News ya han salido la mitad de los cristianos que vivían allí antes del estallido de la violencia, sino también a la ciudad sureña de Basora y a Mosul, en cuya región se encuentran algunas de las huellas más antiguas del cristianismo.
Ante la incapacidad de frenar esta espiral sectaria que cuenta con el apoyo tácito de no pocos imanes (algunos predican que asesinar cristianos no es pecado), hay quien propone como solución crear una provincia cristiana, en el fondo una especie de reserva india donde recoger a la población cristiana para protegerla con mayores garantías. Pero el Patriarca Delly ha recordado que los cristianos viven desde siempre en Irak, y siempre han contribuido al desarrollo del país junto a sus hermanos musulmanes, al tiempo que exigía al Gobierno el respeto de cuanto señala la nueva Constitución, que tantas esperanzas había hecho concebir. Pero como ha denunciado otra autoridad cristiana relevante, el Patriarca asirio Gregorios Ibrahim, "está en marcha un plan violento para cambiar la estructura social del país".
Y el hecho incontestable es que, fruto de la irrefrenable violencia, del millón y medio de cristianos que vivían el año 2000 en Irak apenas medio millón permanece en el país. El resto se ha desparramado por Siria, Jordania, Líbano y Egipto, en condiciones penosas en la mayoría de los casos. Se trata de un éxodo profundamente doloroso, para el que no se vislumbra esperanza alguna de solución a corto plazo. En la geoestrategia de las potencias occidentales, la "pequeña" comunidad cristiana de Irak apenas es un resto a despreciar; para la mayoría de los gobiernos árabes (incluso los que se tildan de moderados), es poco más que una anomalía de la historia, tal vez como la que suponían los armenios en el corazón del imperio otomano o la que aún representan hoy los maronitas en el martirizado Líbano. Corren malos tiempos para los cristianos del Medio Oriente, y con ellos puede esfumarse, además, la esperanza de un futuro de libertad y armonía para toda la región.

La cosa está que arde

Parece mentira que el mapa que se está dibujando en la sociedad tenga tantos manchones de goma de borrar. Cuando en la escuela a la que yo asistí nos equivocábamos, no había típex que valiera: a borrar con gomas más o menos buenas. Y, claro, se hacían borrones, sobre todo con aquellas de dos colores: blanco y gris. Más el gris.
Pues así anda todo. Emborronado. A veces me sorprende ver que la supuesta izquierda es más de derechas que lo poco que conocí. Y que la derecha se descuelga con asertos de izquierdas.
Por eso no sé dónde situarme. Porque es que si lo hago, me pongo al margen, entre los desilusionados.
Creo en el noble arte de la política, en el ejercicio de esta función para el bien de todos los ciudadanos, especialmente de los más desfavorecidos. Pero la verdad es que muchos políticos, y muchas políticas partidistas, están haciendo insoportable el seguir con interés lo que sucede al bien público.
No encuentro identidad clara en la izquierda. Aquí se dicen cosas desde esa situación política que se denuestan en las mismas formaciones de otros países. Pero, como sabemos que hay muchos caudillistas, no importa, arrasamos con elementos que son más identificativos de la sociedad, que gestores del bien común. Convertimos al líder en profeta y lo seguimos como si del mismo Dios se tratara. Hay mucho meapilas político. Mucho beaterío partidario ahí.
No me gusta una derecha que utiliza la religión -la cristiana- y la tradición como argumento insulso para ganar adeptos. Hemos aprendido la lección de la historia, creo, para volver a caer en el mismo argumentario. Ni tampoco en ese constante cabreo en el que viven. Ni los insultos que descalifican, más que construyen.
Tampoco me gusta identificar todo con ese ser de izquierdas o de derechas, a macha y martillo, en todos los foros eclesiales. Si estás en un lado, aceptarás sin discusión; si en el otro, con devoción.
Me siento cada vez más libre porque no me creo deudor de ideologías, ni seguidor de ellas, esten dentro o fuera de la Iglesia.
Pero reconozco que, me hastían un poco y me producen desconcierto, y no querría que se me desangrara el alma por la herida de la desilusión. A lo mejor tenemos que inventar otros cauces cuando los que están establecidos son tan disonantes y distorsionadores. Puede que la ilusión venga por ahí.