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viernes, 21 de noviembre de 2008

Nihil novum sub sole

Nada hay de nuevo bajo el sol. Diría la sabiduría israelita en el libro del Qohelet. Se lamentaba el sabio de la penuria humana, de la incapacidad para aprender a ver.
Hoy, tampoco, hay nada nuevo. Se repite la historia de las intransigencias. No me sorprende que sucedan tensiones entorno al hecho religioso. Sean del talante que sean. Hay mucha confusión en todo. Se invoca por público no lo ajeno a la religión, sino su oposición a alguna de ellas.
"Creemos que hay que hacer una retirada progresiva de símbolos religiosos en los espacios de ejercicio de la vida pública. Sería incoherente andar abogando por poner simbología que en definitiva es por el carácter religioso de la persona". Dijo el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, José Antonio Alonso. Vaya, vaya. A ver ¿qué significa una retirada progresiva de los símbolos religiosos? Y eso de "los espacios de ejercicio de la vida pública" ¿qué es? Porque esa frase, dicha así, podría dar lugar a una larga retahíla de sospechas.
Los cristianos, llamados a la santidad no por a Iglesia, sino por el mismo Jesús, no se distinguen de los demás hombres- y mujeres. Si, públicamente la Comunidad de los cristianos, esto es, la Iglesia, los declara santos, ya tienen suficiente. Y de sobra. Para nosotros la notoriedad puede ir a contravuelta del seguimiento de Jesús:" ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros!"dice de forma explícita el Maestro. Por es no nos conmueve que pongan´, o no, una placa a alguien significativo para nosotros.
Pero lo público no se puede mover en contra de los colectivos, o intereses de estos, máxime si no agreden al bienestar general de todos, sino que van en beneficio social. Tal es lo que está sucediendo. Viene siendo habitual que, cuando se trate de un elemento religioso católico, cristiano en general, haya un barrunto de expulsión, ninguneamiento, aversión, antipatía... y voy a para por no poner es palabra excesiva a la que no debemos llegar.
Mal entendida la democracia si no se piensa que el crisol de culturas, pareceres, religiones y demás forman el conjunto de todos y que la integración y el respeto, la consideración y la armonía, forman parte de la sociedad y deben gestionarla. Los enfrentamientos son malos consejeros. Al a historia nos podemos remitir.

lunes, 17 de noviembre de 2008

sobre los nombres

La torre de Babel es una paráfrasis de la actualidad.
Ocurre, como siempre, que los vendedores de viento alternan la mentira con la ignorancia y, como resultado, cosechan crédulos.
Lo que pasa en la sociedad contemporánea no es más que un enorme timo del toco mocho, pero en todo lo que se refiere a lo público. Por eso, los prohombres, y las promujeres habría que decir para ser políticamente correctos- aunque suene fatal-, nos espetan homilías encendidas cual discursos prebélicos para adoctrinarnos, indoctrinarnos, adocenarnos y, rematando la faena, atontarnos.
Juegan con las palabras, vacían los contenidos nobles y los rellenan de una especie de nada tirando a nada. Nos sorbemos los anuncios de sus disposiciones con prejuicios grandilocuentes contra otros, diciendo que "en mí, y sólo en mí" se haya la verdad imperecedera. Un fiasco, vaya.
Lo peor no es eso. Es que no sé cómo borrar de mi nómina el pago que les hago con cada declaración de la renta. No quiero mantenerlos, no quiero que formen parte de mis contratados. Porque no debemos olvidar que los políticos, los gestores, sus asesores, sus conductores, sus comunicadores, y demás personal vario, se pagan con mis impuestos. ¿No nos hacen poner cruces para algunas cosas? ¿para cuándo ponerlas para que los vividores del cuento no se lleven la pasta gansa calentita y sin mover la bisagra?
Claro, contra esto no hay más que refutar con una conciencia bien formada, rebelde y cuestionadora. Y para eso las religiones se las pintan muy bien. No hay nada más molesto que un ciudadano que se pregunta, que se posiciona y valora. Nada hay más lesivo para los que manejan las encuestas de opinión, generando opinión, que quien se levanta y apaga.
Me duelen las entrañas sociales del alma, cuando veo cómo nos llevan de corriente en corriente allá por dónde quieren. Un poco de rebeldía, por favor.

martes, 11 de noviembre de 2008

La lectura creyende de la Palabra

Hace unas semanas estuvieron con nosotros, en la Casa de las hermanas del Sagrado Corazón, en Corteconcepción, miembros del equipo de la Casa de la Biblia, para darnos un cursillo de iniciación sobre la "Lectura Creyente de la Palabra".
Próximamente, en la Diócesis de Huelva, empezaremos el año de Lectura con el Evangelio de Marcos.
Es un reto precioso el que se nos ha propuesto a la Diócesis. Renovar la Iglesia desde la Fuente, desde las fuentes. Esto es, desde la misma Palabra. No sé cuántos nos vamos a juntar con motivo de este acontecimiento, pero creo que merece la pena.
Muchos cristianos pensamos la Iglesia como un sueño de las Bienaventuranzas, es una buena forma de empezar acercándose al Maestro. Grupos pequeños, donde fluya la comunicación a través del acercamiento a la Palabra, donde poder soñar juntos, construir juntos y comprometernos juntos.