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jueves, 23 de octubre de 2008

Quiero un coche

Y es que ser de izquierdas, republicano y catalán da mucho caché. No puede ir uno por ahí en alpargatas, oiga, ni en chaquetas de pana.
El hombre moderno, de izquierdas, se gasta la pasta gansa de los contribuyentes en berlinas. Un audi A-8 Limusina. Para el presidente del Parlamento catalán, que es de ERC. Casi nada. Pero es que el boato de los representantes de los obreros y trabajadores no debe deslucir en los actos públicos, o privados, entre los otros de derechas fascistas y ricachones. Que una cosa es la ideología y otra, muy distinta, la de la dignidad representativa y democrática.
En fin , ya ven, que nos remean las cachas, según el argot futbolístico. Cada vez estoy más convencido de que los señores que ascienden en política se convierten en los próceres de una nueva identidad y sacerdotes del lujo y la ostentación. Y me dan ganas de renunciar a la representatividad parlamentaria y esas cosas. Cada vez creo menos en ellos y en su limpieza en el juego político.
Pero ¿es que este coche político no poluciona, ni contamina? Debe ser que lo del cambio climático aún no ha llegado a esa izquierda. Ni la contención del gasto públio, ni la cantidad de parados que se amotonan, ni la crisis que hay. No crean que es el único. Lo que pasa es que lo han pillado. Pero una cosa es el poder y otra los representados. Todo para el pueblo, pero sin el pueblo ¿les suena?

martes, 21 de octubre de 2008

Una de astronautas

Y van y me dicen que por qué no cambio ya. Que está muy visto esto de los profes de religión. Y no me lo dice un cualquiera, qué va.
¿Saben qué pienso? Digo yo que a lo mejor no les interesa. Pero por si acaso. Miren, esto de la persecución , ¿y si es verdad? Porque lo que yo veo , cada vez más claro, no es una política errática, de decisiones a tontas y a locas. Qué va. Yo veo todo muy bien orquestado. No es que vea confabulaciones judeo-masónicas. Es que estoy percibiendo, con una nitidez que me asusta, que cada vez que se habla de cristianismo, sobreentiéndase Iglesia Católica, se le ponen a algunos una cara de estar oliendo a vinagre que les cantan las intenciones. O que se promulgan leyes, decretos, normas, etc, etc, etc, que lo que van haciendo es acorralar a los que profesan públicamente su fe eclesial.
Y me está hartando. Que en Europa, que se enteren, hay estados democráticos que son confesionales, y nadie se rasga las vestiduras. Se convive, se respeta, y se asume. Y no pasa nada. No es que yo quiera volver a un Estado confesional, no me mal interpreten. Pero es que resulta que aquí vamos en sentido contrario. Toda presencia de la Iglesia, sobre todo la pública, es denostada. ¿Ustedes saben por qué? Ser del Bétis no es objeto de crítica (bueno, un poco), ser de una peña, de un equipo, de un partido, de un sindicato, o incluso de alguna corriente esotérica, no es objeto de burla. Pero trate Vd. de opinar, de estar presente en el ámbito de lo público con el aval de los que, como Vd., creen y ya verá Ya verá.
Pues que me están hartando. Y creo que los cristianos deberíamos de hacer valer la fuerza de nuestra verdad, de nuestra convicción, sin arredrarnos. Con mesura, pero con firmeza. Con evangelio, pero con autenticidad. Decir de forma descarada ,ya, que no hacemos daño a nadie por proclamar la felicidad que nos ayuda a buscar la de los demás. Estar presentes en los ámbitos públicos (escuela, sindicatos, partidos, asociaciones varias, foros, tribunales, y plazas) defendiendo, con entrañable misericordia, que la verdad del evangelio no hace esclavos, sino libres. Que no es una vergüenza decir que tenemos un sólo Señor, y que los demás sólo son hombre al servicio de intereses más o menos buenos.
Va siendo hora de poner en su sitio las cosas ocupando nosotros el que nos corresponde.

jueves, 9 de octubre de 2008

Tambores de guerra

La Bota que pisa con estrépito, nos dice Isaias.
Es muy fácil forzar los textos evangélicos para hacerles decir lo que nos conviene. Lo sé. Pero creo que esto se puede achacar hoy a la Administración de la Junta de Andalucía. Hemos ido oyendo cómo se acercaban malos augurios. Cómo nos iban preparando para la mala nueva. La Junta no tiene alma, sólo una alcancía por corazón que se puede volcar del lado de sus amigos. Y nosotros no lo somos.
Los profesores de Religión no han ocultado jamás de dónde proceden, no pueden. Y eso nos hace vulnerables. Nos situa en el frente de batalla de todos los enfrentamientos. Ahora comienza de verdad la auténtica lucha. Debemos permanecer unidos y no confundirnos entre nosotros. Vamos a ir a los Tribunales, vamos a buscar la justicia y el derecho, vamos a enfrentarnos a los elementos de injusticia corporativa. Pero vamos a hacerlo con paz, y con sentido evangélico.

"El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande, habitaban tierras de sombra, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo: se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repetirse el botín. Porque la bota que pisa con estrépito y la túnica empapada en sangre, serán combustible, pasto del fuego. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madían. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado: lleva al hombro el principado, y es su nombre: Maravilla de Consejero, Dios guerrero, Padre Perpetuo, Príncipe de la Paz. Para dilatar el principado con una paz sin limites, sobre el Trono de David y sobre su Reino. Para sostenerlo y consolarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor lo realizará."Is 9, 1-3.5-6

miércoles, 8 de octubre de 2008

se consumó el desastre

No hay voluntad de diálogo, no hay respeto por los derechos laborales. Y ya está.
Acabamos de recibir en el Instituto un FAX de la Delegación advirtiendo de cómo se van a "repartir" las horas. Al final no quieren reconocer que tenemos un contrato indefinido firmado. Y que no podemos consentir que nos lo varíen, y menos sin negociación.
¿Por qué se hace esto? ¿Qué razones asisten a todos los que ven cómo se conculcan los derechos? ¿Hay alguien en la Administración que no desee mirar para otro lado? Todos andan tapándose la nariz y sumergiéndose en el deseo de pasar desapercibidos. ¿La culpa? el de más arriba, que yo soy un mandado. Adiós la conciencia personal. Todo lo que habíamos luchado por salir del "firmes" "que el que manda, manda" parece que se desmorona.
Porque de lo que estamos hablando es de Derecho laboral. Nos quieren variar un contrato sin regulación de empleo. ¡La Administración! , ¡la que debe velar porque no sea así!
Y hay más. Vamos a asistir a la tiranía del pensamiento que excluye el hecho religioso, la fe, de todos los ámbitos de influencia sociales. Como si fuéramos apestados, oiga.

Pues nos tendrán enfrente. Aunque ellos sean titanes. Aunque sean Goliat, tendremos las piedras de la justicia. Y vamos a movilizarnos, no les quepa la menor duda.