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lunes, 17 de diciembre de 2007

Isabel Guerra, in memoriam

Este Domingo una riada de personas ha despedido a Isabel Guerra. A veces los ángeles abandonan temporalmente las alas para pasearse entre nosotros. Isabel ha retornado al cielo, que le estaba echando de menos. Aquella bienaventuranza que indica que los limpios de corazón verán a Dios estaba dicha justamente pensando en ella. Quizás Jesús sabía ya de ella, o se imaginaba un ejercito de personas que irían repartiendo bondades, ayudas, optimismos y que, de resultas terminarían viendo a Dios en todas partes.
He escuchado muchas veces a Isabel hablando de otros, siempre hallaba algo bueno; la he oído analizar su pueblo, su entorno, siempre encontraba algo bueno. La vi inquietarse por su Iglesia y su formación humana y cristiana, siempre estaba dispuesta a crecer y a aportar.
Isabel, dondequiera que estés, intercede por nosotros, para que sepamos aprender de todo lo bueno que has dejado.

martes, 11 de diciembre de 2007

adviento


Las hojas del castaño han caido, dejando el hueso del tronco desnudo. Ahora se ve su porte altivo, su trepa recta, sus ramas generosas. Se aprecia lo que es, después de haber tirado lo que le daba lustre y utilidad. Sembrado de esqueletos de madera vivos, paseo por el campo y me imagino al ser humano de la misma forma. Somos cuando se desnuda tanta farfolla y ropaje, para quedarnos tiritando frente a nuestra realidad.
El adviento ayuda a despejar tanta imagen como vendemos, para poder recibir con certeza a Aquel que viene. Nada hay más sabio que reconocer que vamos siendo en la medida en que nos dejamos abordar por el Misterio. Y este misterio tiene nombre de Niño. Buen momento para enraizar la fe, no en las costumbres estudiadas de los tenderos, sino en el hondón de la Palabra que se hizo carne.