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miércoles, 8 de octubre de 2008

se consumó el desastre

No hay voluntad de diálogo, no hay respeto por los derechos laborales. Y ya está.
Acabamos de recibir en el Instituto un FAX de la Delegación advirtiendo de cómo se van a "repartir" las horas. Al final no quieren reconocer que tenemos un contrato indefinido firmado. Y que no podemos consentir que nos lo varíen, y menos sin negociación.
¿Por qué se hace esto? ¿Qué razones asisten a todos los que ven cómo se conculcan los derechos? ¿Hay alguien en la Administración que no desee mirar para otro lado? Todos andan tapándose la nariz y sumergiéndose en el deseo de pasar desapercibidos. ¿La culpa? el de más arriba, que yo soy un mandado. Adiós la conciencia personal. Todo lo que habíamos luchado por salir del "firmes" "que el que manda, manda" parece que se desmorona.
Porque de lo que estamos hablando es de Derecho laboral. Nos quieren variar un contrato sin regulación de empleo. ¡La Administración! , ¡la que debe velar porque no sea así!
Y hay más. Vamos a asistir a la tiranía del pensamiento que excluye el hecho religioso, la fe, de todos los ámbitos de influencia sociales. Como si fuéramos apestados, oiga.

Pues nos tendrán enfrente. Aunque ellos sean titanes. Aunque sean Goliat, tendremos las piedras de la justicia. Y vamos a movilizarnos, no les quepa la menor duda.

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