Ya estamos de nuevo en el tajo. No tengo, desde luego, esa afección nueva de la depresión por incorporación al trabajo. Me hace un poco de gracia, la verdad. ¡Mira que tenemos imaginación! Supongo que será verdad, para algunos, esa enfermedad del alma que llaman depresión. Pero creo que es la eterna fuerza de la inercia que nos lleva a realizar el menor trabajo posible, con el menor coste posible.
Doblar el lomo cuesta. Sobre todo a aquellos que lo hacen de verdad, físicamente quiero decir. ¿Tendran ellos también depresión? ¿O será sólo de los que trabajan "intelectualmente"?
Bueno, es una forma de colaborar en la recreación del mundo, que dice la Biblia. O es la esencia del hombre y lo que lo dignifica, que lo dice el marxismo. Nos da de comer, y nos obliga a realizarnos. Y eso es bueno. Remunerado o no, en casa o fuera de ella, físico o intelectual...o en la aulas. Como yo.
A mi me toca enfrentarme, de nuevo, a las personas que miran atentamente qué es lo que puedo ofrecerles. En un mercado en el que se vende tan barata la información, saber sobrevolar lo trivial para hacerles llegar a gustar de la sabiduría no es fácil. Pero sí muy apassionante. Y, por si fuera poco, me toca bregar con colectivos muy radicalizados y con una Administración pública reacia a ofrecer bein lo que se pide.
Este año estoy, de nuevo, completando horas de clase en un Instituto de Aracena, en Huelva: El IES San Blás. Los muchachos que escogen Religión en 2º de Bachillerato se ven obligados a hacerlo en lo que llaman 7ª hora. Legal, por supuesto. Se la han inventado para que puedan tener todas las optativas. Pero es que durante más de siete años la asignatura que se queda con esa hora, la séptima, es la de Religión. Bueno, por ahora nada que objetar ¿no? Lo que pasa es que, como a este Instituto acceden muchachos de otros pueblos, vienen en un transporte escolar que se va a la hora anterior. Los que quieran quedarse, han de buscarse la forma de llegar a sus casas. Y salen la las 15:30 Y, por si fuera poco, los profesores encargados de dar la asignatua alternativa ni siquiera se presentan. Que no van, vamos. ¡Hasta cierran el Instituto! Un año casi llamo a la Guardia Civil porque me habían dejado encerrado dentro con los chavales. ¿No suena esto a discriminación? Cuando hemos pedido explicaciones a la Directiva del Centro, lo que nos han dicho es que ellos no estan de acuerdo con que se de esa asignatura en el Centro y que no van a apoyarla, sino justo todo lo contrario. Un desproposito.
Soy consciente de que muchos compañeros que imparten Religión en los Institutos y Escuelas públicas tienen también problemas. Graves, además. Sé de historias en las que se mezcla el acoso laboral con el rencor ideológico, y dan una mezcla de la que salimos airosos porque creemos en lo que hacemos. Hay mucho héroe anónimo por ahí suelto, sí. Estamos ilusionados con lo que ofrecemos, aunque sabemos que hay quien daría dinero por arrojarnos a las tienieblas exteriores. Bueno, mientras los padres quieran, vamos a estar. Y vamos a estar ofreciendo vida, compañía, conocimientos, saber, y miles de actividades complementarias...
Ánimo. al tajo. Que hasta ahora poco hemos hecho.
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