Me pasa la vida, en tromba, sorprendiendo este instante que vivo. Pero este año hago propósito: quiero que no me arrebate el olvido.
Que no se lleve las caras de las gentes que amo, ni sus caricias.
¡Tan precarias fueron las risas entre el rimero de preocupaciones, enfados y olvidos, que temo que se quede sepultada mi capacidad de vivir distendido!
Hago firme intención de no caer en la trampa de enfadarme por una minucia que me amargue el día, ni de terminar el mismo vuelta la espalda a quien amo; quiero, con firmeza, encontrarme con todos los hombres y mujeres desde la esperanza de su cambio, que nada me haga desesperar en el triunfo de un deseo grande de transformación.
Firme es el propósito de buscar la justicia en mi trabajo, la equidad y el buen hacer. Pero lo es más aún el deseo de acompañar a los muchachos y muchachas con los que me encuentro en el camino de su vida. Digo acompañar, reconstruir, reforzar, alzar su ánimo y su estima para que se conviertan en personas recias, de convicciones firmes y sensibilidad con los otros, sobre todo para con los débiles. Sus rostros están esculpidos en mi memoria, la afectiva, y no son número, sino seres que sueñan y se afanan mirando al futuro. No me pasan indiferentes ninguno de los que abren los ojos con asombro ante el saber, ni de los que se revuelven en la silla, o de los que trastean entre pasillos, o buscan que alguien les mire con atención: son los hombres y mujeres del mañana. Ya son el futuro.
No desespero de no alcanzar mis sueños de justicia, no se me olvidan. Ando con la coraza de tratar de vivir como pienso. Sé que el mundo cambia, sea o no protagonista, a través de las minucias de mis cambios. Si juntamos las propuestas de justicia, seremos protagonistas de lo que soñamos.
Tiene memoria el tiempo, y seremos dueños de aquello que amanezca. Que aparezcamos en papeles o noticias habla más de popularidad que permanecer en las grietas de la historia. Somos dueños de ella. Nada hay que no termine siendo más importante que la traza de nuestros actos.
Todo esto me propongo, para que no me arrase el tiempo.
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