Así al menos nos lo auguran los chamanes de la política y la economía.
Mal año, dicen. Menos mal que algunos proclamaban que no había crisis, que si no estaríamos como el cínico Diógenes, pero no por opción filosófica, sino por pura necesidad.
Mal año, dicen, pero para la Europa pudiente, para la América rica...y de paso para el resto del planeta, que también existe.
Dicen que la economía se mantiene por el consumo, y yo me lo creo. Pero no por el consumo excesivo. Creo que las riquezas están mal distribuidas, muy mal distribuidas. A nosotros sólo no importa cuando nuestro nivel de vida pierde cosas que poder amontonar. Lo malo es que el mundo en "vías de desarrollo" pasa hambre y frío y no tiene calidad de vida y, a veces, ni vida que llevarse al escaso hilo que lo mantiene en la existencia.
Y, para colmo, la guerra. Esa sempiterna de Oriente medio. No recuerdo un momento largo en el que en Israel/Palestina no hubiera alguien que no metiera la pata, o el dedo en el ojo, o un obús en territorio ajeno. Complicado es, desde luego. Pero me molesta mucho el victimismo, o aquellos que ponen a unos como buenos y a otros como perversos. Aquí la sangre pringa a todos. Y los muertos no tienen afiliación política, se les acabó nada más morir. Los que vengan la sangre no saben ver más que odio y enemigos: su ceguera tiene nombre de final infeliz.
Pero quiero mirar el 2009 con esperanza, aunque alguno me felicitó sólo el 2010, porque decía que este no era posible que trajera buenos augurios. Creo que el ser humano tiene la posibilidad de reinventarse y realizar un ejercicio de imaginación que ponga remedio a tantos males. Los que el provoca y los que puede prever. Dios no nos deja solos en esta refriega, no se cruza de brazos. Pero tampoco creo que quiera hacer el mundo sin nosotros.
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