No es nada fácil. Cada vez lo escucho más veces y en distintos sitios, con distintas personas, de distinto signo político. Todos: ateos, agnósticos y creyentes; de izquierda o derecha; encantados o desencantados; jóvenes o mayores...Todos dicen exactamente lo mismo: ¡Qué difícil está hoy educar a los chavales!
No creo que "cualquiera tiempo pasado fue mejor", que decía Manrique. Pero lo que es evidente es que nos encontramos con un paisaje que cambia más rápido que antes. Las personas iban andando a los sitios hace apenas 10 lustros. Hoy las distancias son mínimas, todo puede hacerse rápido. Lo mismo sucede en el paisaje de la educación.
La diferencia es que en esto debe existir el sosiego. Porque educar es, entre otras muchas cosas, sacar lo mejor de los otros, para ordenarlo, en este caso hacia su crecimiento personal.
En mi modesta opinión, hay muchos operarios descolocados: padres, profesores, educadores y sistema educativo.
Los padres no tienen claro qué valores transmitir; los profesores carecen de recursos en las clases; los educadores se dan cuenta de la cantidad de reclamos que tienen los muchachos; el sistema educativo está hecho unos zorros y es una ruina. Con estos mimbres resulta difícil, desde luego.
Creo que es importante recuperar el valor del esquema axiológico (de valores) en el que nos hemos movido hasta ahora. Me refiero a los valores: esfuerzo, respeto, escucha, generosidad, apertura a lo transcendente, memorización, integración, etc. No importa descubrir campos nuevos en los sistemas educativos, pero creo que los niños-adolescentes no son cobayas de laboratorio con los que experiementar. Menos aún especialistas en la educación que no experimentan con los suyos, sino con los de otros; menos aún cuando muchos de ellos no han pasado por la experiencia concreta, sino que lo saben de libros.
No creo que "cualquiera tiempo pasado fue mejor", que decía Manrique. Pero lo que es evidente es que nos encontramos con un paisaje que cambia más rápido que antes. Las personas iban andando a los sitios hace apenas 10 lustros. Hoy las distancias son mínimas, todo puede hacerse rápido. Lo mismo sucede en el paisaje de la educación.
La diferencia es que en esto debe existir el sosiego. Porque educar es, entre otras muchas cosas, sacar lo mejor de los otros, para ordenarlo, en este caso hacia su crecimiento personal.
En mi modesta opinión, hay muchos operarios descolocados: padres, profesores, educadores y sistema educativo.
Los padres no tienen claro qué valores transmitir; los profesores carecen de recursos en las clases; los educadores se dan cuenta de la cantidad de reclamos que tienen los muchachos; el sistema educativo está hecho unos zorros y es una ruina. Con estos mimbres resulta difícil, desde luego.
Creo que es importante recuperar el valor del esquema axiológico (de valores) en el que nos hemos movido hasta ahora. Me refiero a los valores: esfuerzo, respeto, escucha, generosidad, apertura a lo transcendente, memorización, integración, etc. No importa descubrir campos nuevos en los sistemas educativos, pero creo que los niños-adolescentes no son cobayas de laboratorio con los que experiementar. Menos aún especialistas en la educación que no experimentan con los suyos, sino con los de otros; menos aún cuando muchos de ellos no han pasado por la experiencia concreta, sino que lo saben de libros.
4 comentarios:
Pues sí que está dificil esto de educar. Esperemos que poco a poco una nueva generación vaya centrando el exceso de la que ahora corta el bacalao. Enhorabuena por este blog, que ya se echaba de menos.
Sin duda alguna, tiene que ser francamente dificil educar, sobre todo cuando se entiende, hoy día, la educación en la escuela como la solución a todos los problemas de los chavales, y claro está, como el escudo dónde guarecerse de críticas los padres-madres y el estado, protectores en teoría de salvaguardar el honor y la integridad de los individuos ...
Supongo que es más facil dejar que otros, maestros y profesores, se encarguen del arduo trabajo de ENSEÑAR, mientras el padre, madre o tutor (como ponia en las cartillas de notas antiguas), regala la psp y dice a mi niño le tienen manía.
Os admiro, y daros las gracias (a mi profesor de Religión), por todo lo que me Enseño y me hizo APRENDER, en los difíciles años de adolescencia; ánimo y ya os mandaré a mis niños.
Es difícil, sí. Lo malo es que por una parte la educación se ve como la gran panacea que todo lo resuelve. ¿Qué hay problemas de tráfico? Educación vial en las escuelas. ¿Qué las adolescentes se embarazan? Educación sexual. ¿Qué hay racismo, xenofobia y apatía hacia la política? Más todavía, educación para la ciudadanía, esa formación del espíritu nacional que se avecina.
Todo cabe ese carrito de la compra o mochila sin fin que es la educación. Y si no funciona se disimula. ¿Qué no bajan los suspensos? Bajemos el listón. Pero es inútil que la sabiduría les persiga, ellos corren más rápido.
No es que ahora las cosas estén peor o mejor que antes, es que parece que no se toman las decisiones adecuadas, sólo las politicamente correctas y eso nos lleva al desastre.
¿Me explico?
La educación es como los globos, estiran y estiran. Lo malo es que explotan.
Lo mejor, con diferencia, es que se puede establecer una relación alumno-profesor, que puede ir más allá de la pobreza de los fórmulas educativas.
Gracis Morano, por el piropo.
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