Estoy muy enfadado. Ya sé que a la inmensa mayoría del mundo no le importa. Soy una mota de polvo minúsculo en el altillo de un ropero. Invisible, vamos.
Y lo peor es que no sé si tiene arreglo. Me voy a explicar. Venía hacia el Instituto escuchando la radio, cuando me sorprende la noticia del caos que se ha formado en Barcelona con las obras del tren de alta velocidad. Solución: se ponen autobuses gratis para que no haya conflicto. Y es entonces cuando se me revuelve la bilis. En esta zona olvidada de Huelva en la que vivo, apesebrada y dócil, los muchachos se tienen que pagar el autobús escolar. La mayoría pertenencen a una clase media- baja, con ingresos justos, que la beca no llega a pagar. Pero ellos no tienen que ser el mismo tipo de ciudadanos. Serán de tercera regional.
Y me vienen a la memoria constantes agravios comparativos. Problema con la luz, también en Barcelona. Solución: se ponen equipos auxiliares. El año pasado el Instituto San José de Cortegana no tuvo enganche a la red durante todo el año. ¿Y si alguien se pone malo? entonces debe ir a un Hospital que, en el peor de los casos está a una hora y media de camino, en el mejor a media hora-y por una carretera comarcal de sierra, ya se imaginan-. Será que estos que viven por aquí son ciudadanos de tercera.
No, por aquí no hay inversiones serias en infraestructuras, ni apuestas por un desarrollo rural que preserve el medio ambiente, ni preocupación por aumentar la calidad de vida. Nada. ¿Saben por qué? porque nuestros votos están asegurados y no somos más que un reducido grupo de ciudadanos que no van a plantear problemas.
Que somos ciudadanos de tercera, vaya.
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