Mi hija se va a ir de viaje a Dublín, es una de esas becas de la Junta por la que los estudiantes pueden irse de viaje. Ella debe sacarse el pasaporte. No es el primero de mis hijos que va con este tipo de ayudas. Anteriormente también fue otro. Bueno, a lo que voy. Intentamos que, vía telefónica, nos dieran una cita, pero nos dicen que sólo la dan para para dentro de unos meses. Demasiado tarde, de manera que recurrimos al procesloso e inexplorado recurso de pedir cita en la misma oficina. ¡A las 6 de la mañana debe hacerse cola!, nos dicen. El usuario que quiera tener acceso a ese servicio ha de ponerse en cola y, con suerte, conseguir que le den un número para sacar el dichoso pasaporte. La cola daba la vuelta al edificio. Habia criaturas esperando desde la noche, esperando pacientemente a que abrieran ¡a las 9!
¡País! en la modernidad imparable nos vemos sometidos a métodos del siglo XIX. Pero estamos entre los del G-20, entre los 10 más avanzados y por delante de Francia. Nadie puede creerse que la Administración Pública no pueda revolver esta fórmula arcaica. No quieren, o no les interesa o, lo que es peor, desprecian a los ciudadanos.
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