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lunes, 22 de marzo de 2010

ESFORCA

El fin de semana pasado tuve la suerte de poder asistir a la Escuela de Formación de Cáritas, en Huelva.
Suerte por encontrarme con la ingente cantidad de hermanos y hermanas cristianos que se dedican a hacer el bien, a trabajar por los más desfavorecidos, por el cambio de las estructuras, por la lucha en la consecución de viviendas dignas y de contratos dignos, por el acompañamiento a personas en peligro de exclusión, por los que trabajan en la dignificación de los presos, por los que acompañan a prostitutas para su rehabilitación,etc.
Suerte por los temas de formación, que van en línea de una Iglesia solidaria, pobre y fraterna.
Suerte por los grupos de diálogo, en los que nos podemos expresar con libertad y responsabilidad.
Tuve suerte porque me asomé a un balcón en el que se ve un paisaje distinto: con una fuerte crítica y con afán de mejora, con una ambiente de trabajo y la alegría de los que nos sabemos peleando por una sociedad construida en valores; y porque nos duelen los desfavorecidos y nos anima la fuerza arrolladora del evangelio.
Prefiero mirar desde aquí, con el trabajo de calle pegado a las manos; no me interesan discursos ideológicos que allanan el camino del insulto, y son proclives al hastío intelectual y a la huida del compromiso. Prefiero verme en la briega. Ahí nos encontramos muchos que tenemos premisas diversas, pero el afán por conseguir un mundo más digno para todos nos mantiene ilusionados y unidos.
Tuve suerte, sí. Os animo a reparar en la cantidad de esfuerzos que se hacen para mejorar, sobre todo, la vida de los que no tienen. Y a encontrarnos en esos foros.

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